Hoy les traigo un pequeño relato. (sonrisilla) Este relato es especial. ¿Por qué? Pues porque surgio para dar vida a dos personajes a los que adoro. (mas risas) Bueno mejor les cuento desde el principio.
Seguramente, la mayoria (si no todos) de ustedes saben que hace poquito salio publicado Sorprendeme de Megan Maxwell. Pues como un mes o quizas mas, antes de su publicación uno de los grupos de Facebook donde se habla de sus libros, abrio un sorteo. El grupo en cuestión es Sorpréndeme BJÖRN (Megan Maxwell). El sorteo era el siguiente: escribir un relato de Björn y Mel, con una serie de caracteristicas (tipo de letra, numero de paginas...) y una vez hecho enviarlo a las administradoras del grupo, que lo presentarian a sorteo de forma anonima. Pues bien, al final me atrevi a presentar el mio (jijijij!!) Debo reconocer que me costo la misma vida arrancar. Pues te dices ...."Dios mio, como lo haria Megan? Por donde van a ir los tiros? Lo hare bien? Sera un churro?". Pero bueno luego fluyo. Y me diverti mucho. Tras consultarlo con las administradoras del grupo de Facebook y con Megan, aqui os dejo el susodicho relato. Espero que no seais muy duros conmigo (haciendo ojitos xD). Que lo disfruteis!! Un besazo.
RELATO:
Estaba
atardeciendo cuando sonó su teléfono. Ni siquiera se molestó en mirar quien lo
llamaba. No se sentía con ánimos, no después de lo ocurrido esa tarde. Según
Jud, debería afrontar el problema, según su amigo Eric sencillamente debería
coger a esa mujer hacerla ver cómo era el realmente y lo que quería.
Sonrió
al recordar la mirada de Jud dedicada a su marido tras oírle decir aquellas
palabras. Pero así era Eric, cabezón hasta la medula. Y según su morenita un pesado de cuidado.
Miro
el reloj y vio que ya era tarde. Hora de abandonar el despacho. Recogió su
escritorio, colocándolo todo pulcramente. Era muy ordenado, y no soportaba el
desorden… No pudo evitar pensar en esa mujer… Maldita sea ella en si misma era
puro desorden. Puro caos. Mel…
Con
un suspiro se dispuso a abandonar el despacho llevando en la mano su maletín
negro pero al abrir la puerta casi choca de lleno con…algo…o alguien. Alguien,
era alguien. Y además tampoco esperaba encontrarse con él tan de golpe pues
respingo debido a ello. Fue cuando alzo la vista cuando se percató de quien
era. Su ceño se frunció.
–
¿Qué haces aquí? – soltó de repente con un tono más acerado de lo que realmente
tenía intención.
Ella
lo miro a los ojos sin amilanarse. Se estudiaron el uno al otro y de repente,
lo empujo al interior del despacho cerrando la puerta con un portazo tremendo. Menudo carácter se gasta esta chica. Pensó
Björn.
–
Bien, ¡hasta aquí hemos llegado! – dijo ella acusándolo con un dedo. – Sé que
estás acostumbrado a que todo el mundo bese por donde pisas pero lo siento, yo
no lo hare. Jamás.
Él
sonrió mirándola a los ojos divertido por sus palabras. La verdad es que esto
era una novedad. Aunque si había recibido noes en su vida, este especialmente
lo intrigaba. Toda ella lo llamaba como si tuviera un cartel de neón en el que
pusiera “pruébame”. El rostro de ella se enrojeció mientras se sentía observada
por él. La vio alzar el mentón y no
pudo evitar alzar una mano y acariciar su mejilla. Ella no se apartó.
–
¿Y si yo te digo que no quiero que beses por dónde piso? – Eso la desconcertó.
– ¿Y si te digo que preferiría que besaras….otros lugares…o mejor…que me
dejaras besar otros lugares?
Ella
dio un paso atrás ante su cercanía. Dios mío, sentía que él se apoderaba de
ella con solo mirarla. La atrapaba y…eso la asustaba. Ella era…¡¡ella!! Y no
quería depender tanto de nadie. Sobre todo tras ver cómo le fue a su madre por
eso mismo. La voz del hombre la saco de sus divagaciones.
–
No voy a permitir que me pongas en evidencia ante mis amigos y luego vengas a
mi propio despacho a sermonearme muchacha…
Ella
lo miro a los ojos. Entrecerró estos, concentrada en mirarlo.
–
Yo no te he humillado, ¡lo has hecho tu solito! No te ha hecho falta más que un
empujoncito por mi parte. – susurro recordando su enfrentamiento ante los
amigos de Björn.
Él
alzo una ceja y sonrió con malicia. De forma seductora. Dio un paso hacia ella
y estiro un brazo hasta rozar con su mano el pelo corto de la joven. Cerro la
mano en un puño en su nuca y tiro para inclinar la cabeza de esta.
–
Pues déjame que te devuelva el… empujón… Mel.
Y
tras eso la beso. Aplasto sus labios con los de ella, por un momento que
pareció eterno y en el que ninguno se movió. Luego empujo su lengua hasta su
boca haciéndola abrir los labios y así tomar posesión de esa mujer que desde
que la conoció le nublaba la razón. Ella no se movía, así que rodeo su cintura
con la otra mano y la pego a su cuerpo. Era una mujer delgada, pero con suaves
curvas y de complexión fuerte. Y estaba seguro que su cuerpo le daría la
bienvenida de una forma espectacular.
Empezaba
a saber lo que su amigo Eric sentía hacia Jud. Y lo mejor, hacia sus besos.
Solo eran suyos. Él quería que los besos de Mel solo fueran para él. Nadie más.
Y
en ese instante fue cuando ella lo empujo.
–
¡Me has besado! – dijo llevándose una mano a los labios para…limpiárselos de
forma indignada.
–
No, no te he besado, solo he posado mis labios en los tuyos y después he
poseído tu boca. – replico Björn sin
poder aguantarse. La chica estaba sonrojada.
–
Serás…¡¡ arrogante!!
No
lo podía creer se había atrevido a besarla…y que beso. ¡¡Waw!! Lo miro ahí ante
ella…todo sensualidad. Pero sabía que no era un buen hombre para ella.
Seguramente tendría a una mujer distinta cada noche en su cama… Pero seguro que
jamás a más de una. Tenía pinta de ser un hombre conservador. Si le dijera que
ella por norma general siempre tenía a dos o más personas en su cama…a la
vez…fijo que le da un pasmo. Pero… solo por eso ¿no podía echar una canita al
aire? El tío estaba tremendo. Lo reconocía. Sacudió la cabeza volviendo al
presente.
–
¿Soñando conmigo Mel? – le pregunto viendo como esta se lo comía con los ojos
de forma apreciativa. – Eres una muchacha muy guapa. Y somos adultos…
–
¡Ah no! No vayas por ahí – pero la voz le tembló, él sonrió, ella se embobó y…
él la atrapó.
La
volvió a besar atrapándola contra su escritorio y su cuerpo. El sonido del
maletín al caer al suelo hizo un gran estruendo pero no tanto como cuando él
barrio la mesa con un brazo para sentarla a ella justo encima. Cuando la tuvo
donde quería se metió entre sus piernas. Ella volvía a vestir con unos
pantalones caquis y un jersey crema con el cuello en pico. Paso las manos por
su espalda, desde los omoplatos hasta las caderas, y al llegar a sus nalgas las
apretó. Seguía besándola y ella dejándose llevar.
–
Mel me encantaría probarte… – susurro y con ello la devolvió a la realidad.
Ella
lo empujo y se bajó de la mesa a toda prisa para recolocarse bien la ropa. Lo
miro con los ojos como platos y negó con la cabeza.
–
No, no puedes probarme porque… porque yo... yo no… tengo gustos especiales…
Declaro
ante la atenta mirada del hombre. Este alzo una ceja y sonrió.
–
Vaya pues entonces somos dos. Yo también tengo gustos especiales. – Y con eso
la dejó muda… agachándose para colocar todo en orden en su escritorio mientras
ella lo miraba desde arriba.
–
¿Cómo que gustos especiales? – pregunto ella tragando saliva.
Él
alzo la mirada desde su posición, y mientras amontonaba unos papeles en sus
manos sonrió.
–
Si quieres descubrirlo… tendrás que… jugar conmigo. ¿Te atreverás a ello? – se
levantó dejando los papeles en el escritorio y ahora ella tuvo que alzar la
mirada para mirarlo a los ojos. – ¿Qué
me dices?
Ella
trago saliva, lo miro con firmeza y sin lugar a dudas….dijo:
–
Sorpréndeme.
Y esto es todo por ahora....Pronto, la reseña de Sorprendeme pululara por estos lares.
Un abrazo a todos!!
Atte. Emary
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